Disculpen ustedes la imagen tan chafa, pero la cena no estaba planeada y no llevaba mi cámara. |
Pues sí, resulta que mi amiga Marluz está enamorada. El afortunado es un italiano marxista-chef-amante de la música. Y no sólo eso: su amor es fuertemente correspondido. Es la primera vez en muchos años que la escucho hablar de irse a vivir con alguien, casarse (¿?) e incluso mudarse de país con tal de estar con él. Me había contado ya demasiado de él, pero yo todavía no lo conocía. Así que este fin de semana, recién regresada de Cuba y con las energías renovadas, decidí que era momento.
El encuentro se dio en casa de Lily y Carrie (quien seguía atrapada en Cuba), donde casi siempre nos reunimos. Llevé una berenjena, un kilo de tomates y un manojo de albahaca para cocinar algo. Mariana y Fabrizio (léase moviendo las manos con los dedos cerrados y tonito italiano) fueron al súper a comprar lo que faltaba: un vino (indispensable), queso parmesano, manchego y más verduritas.
Bueno, para no hacerles el cuento largo, tan largo como lo que nos tardamos en cocinar: Don Fab es un encanto, no pronuncia bien la "r" y tiene una risa muy tierna, algo inocente. Presiento que mi cuñao y yo nos llevaremos bastante bien.
Después de que me corrigiera (yo juraba que iba a hacer una "lasaña de berenjena" y él me dijo que más bien intentaba hacer una "berenjena parmesana", típica de Nápoles y Sicilia) me puse a cocinar. Fab y Mariana hicieron la salsa, no sin discutir un poco porque ella quería ponerle ajo y él no. Yo monté la lasaña y la metí al horno.
Ingredientes (para 8 personas)
2 berenjenas grandes
3 huevos
Pan molido
Sal
Albahaca deshidratada
Queso parmesano en polvo
Queso manchego rallado
Para la salsa:
Aceite de oliva
Cebolla
1 kilo de tomates
Albahaca fresca
Sal
Para preparar la lasaña que no es lasaña pela las berenjenas y córtalas en rodajas más o menos finas. Coloca en un plato con el huevo batido y empaniza con una mezcla de pan molido, queso parmesano, sal y hierbas. Aquí tienes dos opciones: freír las rodajas o colocarlas directamente sobre un refractario (yo prefiero la segunda opción, es menos grasosa). Coloca una cama de berenjenas capeadas sobre un refractario rectangular, cuida que no queden espacios (puedes cortar la berenjena en trozos más pequeños para rellenarlos). Coloca encima una capa de salsa de tomate, espolvorea con queso parmesano y queso rallado. Repite el procedimiento unas 3 o 4 veces, hasta que el refractario esté al tope. Termina con una capa gruesa de queso rallado y hornea durante 20 o 30 minutos, o hasta que el queso esté gratinado.
Nosotros acompañamos con unas verduras horneadas que muy amablemente hizo Fabrizio. Usó calabacitas, tomates cherry, papas, pimiento morrón y cebolla; los cortó en rebanadas finas, los colocó sobre una bandeja y los roció con aceite de oliva, sal, hierbas de olor y parmesano. Las horneó durante unos minutos y las sirvió con una salsa hecha con yogur griego, pepino rallado, hierbabuena picada y aceite de oliva.
Las verduritas que hizo Fabrizio para acompañar |
Pésima foto, pésimo corte, pero les da una idea del resultado |